2006/12/19

Lazos de amor


No es casual que titule como la novela del archiconocido Weiss a este post.
Luego de una semana de incendios y múltiples ocupaciones académicas y profesionales, el domingo tuve la suerte de asistir a la segunda entrega del matrimonio de mis sobrinos y amigos, Ake y Pedro.

En medio de un hermosísimo y singular ritual budista (Confieso que nunca había asistido a uno) pude admirar como a partir del respeto e igualdad de género se establece el “compromiso” de los contrayentes. Durante la ceremonia, plena de símbolos y cantos, la sacerdotisa refirió el encuentro de dos almas que se han amado durante varias vidas y que en esencia siempre han querido estar juntas.

Los novios intercambian flores, vino, promesas y en ello participan padres y padrinos. Todos aportan energía y buenos deseos a la pareja, su futuro y sueños.

Mi otra mitad

La noción de la “media naranja” está presente en casi todas las culturas, unas más teñidas de romanticismo que otras, por supuesto.
Se cree que existieron seres hermafroditas y perfectos que vivían en absoluta armonía en el mhytos y que según la mitología griega, soberbios y desagradecidos con sus creadores en el Olimpo, atentaron contra los dioses. Apolo, dios del rayo, acató las órdenes emanadas de Zeus y no tuvo más remedio que escindir la unidad, creando dos seres incapaces de juntarse y con la única esperanza de recuperar alguna vez su ansiada mitad.

Se dice que para recordar la soberbia en ese pasado remoto, tenemos esa pequeña incisión llamada ombligo, que nos recuerda que estamos incompletos.

Sin embargo, a pesar del fatalismo y toda la historia, creo que forma parte de nuestros ideales conseguir a esa “otra mitad”, y nada más placentero que sentir que “encontramos” a esa persona. En Lazos de amor, el destino confabula para que dos seres vuelvan a estar juntos. No está en mi ánimo establecer un análisis peyorativo contra el autor de best sellers sobre vidas pasadas; por lo que podemos conversar otro día sobre este y otros temas…

Sobre el amor se establecen múltiples puntos de vista. Cada uno puede contar sus desatinos, aciertos y experiencias en al amplio panorama que abarcan los sentimientos y las relaciones de pareja. Si hoy, luego de toda la cultura anti compromiso en la que vivimos, dos personas apuestan a estar juntas y reconocer que se aman y necesitan, es un acto de valentía, pasión y responsabilidad que hay que elogiar y animar.

Frente al acto de asumir hacer y recorrer caminos, estar juntos, tener hijos, construir visiones y hechos de futuro, no puedo menos que brindar por todo lo que viene, por la alegría y la compañía, por que el amor sí existe.

¡¡Salud!!

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