2007/04/14

Globish, globalizando el reduccionismo, haciendo al inglés usable


No más regaños por la incapacidad fonética, cero muecas ni risas incontenibles al tratar de comunicar algo y emular, sin quererlo, a azafatas dando la bienvenida en Barajas. No más castigos por preguntar, en pleno turisteo londinense, si el teléfono está good... llegó el Globish, una suerte de pastilla adelgazante cuyo objetivo fundamental es arrinconar a la sinestesia, las evocaciones y crear una rudimentaria, básica y funcional sintaxis que acerque a los hablantes del planeta a punta de un inglés reducido, compacto, manejable, usable. Ya Odgen había intentado simplificar la lengua inglesa sobre un repertorio de unas 850 palabras y 16 verbos comodín a principios del siglo XX. Pero esto... esto es otra cosa.


Lo sustantivo en el Globish es reducir, simplificar y finalmente, lo que considero una frase poco afortunada: "la lengua que se comerá al esperanto"... uhm... esperamos, sinceramente que tenga un plan B gastronómico.


Globish, una herramienta para los negocios, ya salió a relucir en Chile, que en una de vanguardia, asumió la necesidad de convertirse en una nación bilingüe.


Me tomo mi tiempito, como con todo, para investigar sobre esta solución lingüística para luego comentar con condimentos a Nerriere y su genial invento que se gestó en su experiencia profesional por los abombados y esperpénticos años 80. Mientras tanto, los dejo con la referencia del asunto y de la mano del autor. Que lo disfruten.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No te parece que es uno de esos conceptos ya sobados, al que se da un nombre que parece inglés para hacerlo pasar por nuevo y que salga en la prensa?

Yo di mi opinión en http://personal.telefonica.terra.es/web/tdb/2006/09/esa-bobada-de-globish.htm

Dakmar Hernández dijo...

Hola Toño. Gracias por pasar por acá, bienvenido.

Además de leer sobre la bobada del Globish, atendí a todas las referencias bibliográficas que has revisado sobre el tema. De acuerdo contigo sobre las desventajas de este globish reduccionista frente al esperanto y el chiste comercial del vino nuevo en odre viejo. Clarísimo.
Ahora, me parece que este globish es una fórmula comercial de largo alcance, más del que quizás pueda aguantar.
Aunque tiene rato circulando por ahí, me asusta un poco que pretenda oficializarse, como sugirió el ministro en Chile; eso le da una nueva dimensión que hasta ahora no han tenido el fluenze y otros software de traducción y traslación del léxico.
Saludos...

Veremos. Mientras tanto, resulta abominable imaginarse una pieza de Shakespeare en globish...
Saludos