2008/06/16

Anatomía de un reencuentro*


Desde el que no iba nunca a clases hasta la odiada cerebrito del salón: los reencuentros están de moda y contagian a quienes se suman a las redes sociales en Internet. Si todavía no ha ido a una de estas celebraciones, sepa cómo se gestan, qué sucede y cómo se está convirtiendo en un productivo negocio. Y prepárese, que seguramente le tocará una

Cuando el pasado se reactiva en un reencuentro, puede pasar cualquier cosa: desde la sorpresa de cotejar como el tiempo no es equitativo en sus efectos —fulanita está un poquito acabada” o peor, “estoy acabada frente a fulanita”— hasta la sorpresa de volver a divertirse con quienes no se veían desde hace veinte años.
Lo de reencontrarse no es nuevo. En Venezuela hay colegios y universidades que cuentan con celebraciones regulares dedicadas a egresados y egresadas. Y, obvio, no se lo toman a la ligera. Dino Romero, creador del concepto de las fiestas Sinflash Party Lounge, cuenta que estos eventos merecen una meticulosa producción que puede llevar meses de preparación y contar con la asistencia hasta de un centenar de personas. “La convocatoria incluye a egresados que viven en el exterior y, por lo general, se efectúan en la sede de la institución, la cual es ambientada y adaptada para la rumba”, comenta. Desde la elaboración de carteleras y la comida hasta la música, todo es válido a la hora de recrear la época que marcó la promoción a celebrar. Los detalles adquieren entonces papel protagónico: “en una ocasión tuvimos que repetir siete veces la canción ‘Súbete a mi moto’, de Menudo, la canción emblemática del curso”.


Tú me reencuentras, yo te reencuentro…

Gracias a la interconexión que brindan las redes sociales en Internet, las reuniones adquieren otra dimensión. Facebook, considerada la segunda red más importante en el mundo y a la que se suman 200.000 usuarios diarios, constituye el punto de partida de muchas de las experiencias de reencuentros que se realizan actualmente en nuestro país. Para Ernesto Tinoco, director de Arte y residenciado en Puerto Ordaz, saber de sus compañeros de estudios después de 17 años se convirtió en uno de los momentos más especiales de su vida: “una amiga de la infancia nos contactó a todos a través de Facebook. Allí nos enteramos qué estaba haciendo cada uno y comenzamos a conversar y a estudiar la posibilidad de vernos. Después de cambiar varias veces el lugar y la hora, finalmente nos encontramos en un local nocturno en Caracas del que terminaron botándonos porque tenían que cerrar. Estuvimos hablando y rumbeando hasta las siete de la mañana”.

Verónica Oliveros, egresada del San José de Tarbes y profesora universitaria, participó activamente en la búsqueda de sus compañeras de promoción: “Mi hermana, menor que yo, me hizo la invitación al Facebook. Ella había encontrado a sus amigas del colegio, lo que me llevó a realizar mi propia búsqueda después de casi 20 años de graduada. No recuerdo a quien vi primero, pero cuando nos dimos cuenta, nos habíamos conectado alrededor de 50 ex compañeras”. Tan exitoso resultó el encuentro, que estas tarbesianas se citan una vez al mes para compartir, celebrar cumpleaños y los de sus niños.

La Red dispone el contacto y la posibilidad de atisbar en al vida del otro, ver sus fotografías, enviar mensajitos, prodigar regalos de cualquier época y estilo, mascotas, comida, lugares y hasta prendas de diseñador —eso sí, todas virtuales— ponerse al día, conocer parejas e hijos y mantenerse en contacto. No obstante, la nostalgia actúa como el estímulo más fuerte para propiciar el encuentro cara a cara con los amigos y por qué no, con el pasado. Ernesto Medina, psicólogo clínico, cree que la idea de los reencuentros surge fundamentalmente al extrañar aquellas experiencias pasadas que caracterizaron y unieron a un grupo de personas durante la época del colegio, la universidad o grupos de trabajo: “La idea es realizar y encontrar un espacio actualizado para compartir entre un grupo que por diversas razones compartieron en algún momento. En este lugar se echan los cuentos profesionales, laborales, personales, de qué va la vida de cada uno, que está haciendo, surgen una y otra vez sin parar los mismos cuentos, chistes, anécdotas del tipo ‘te acuerdas cuando’, ‘qué será de la vida de’ o ‘supiste que a tal persona le pasó tal cosa’, afirma.

¿Y a ti qué te pasó?

Además de la nostalgia, la curiosidad, el encuentro y la alegría de revivir momentos pasados, existe la posibilidad cierta de reencontrarse con situaciones que se creían superadas y que pueden incomodar a más de un reencontrado. “Estas reuniones suelen estar teñidas de las mismas características que tenían las relaciones entre las personas de ese grupo en el momento pasado”, afirma Medina. “Si es un reencuentro de un grupo laboral muy competitivo, probablemente las conversaciones girarán entorno a los logros de cada uno y prevalezca la comparación entre los miembros del grupo. Si por el contrario, es de un grupo de panas de la universidad, los protagonistas serán los recuerdos de gratos momentos, que resultará en una reunión más armoniosa”. Y a partir de allí pueden crearse nuevos espacios para compartir, continuar amistades interrumpidas por el paso del tiempo o el surgimiento de relaciones afectivas más íntimas.

Para Mario Augusto Beroes, asesor en comunicaciones corporativas, escritor y melómano, en este tipo de actividades los problemas o malentendidos deben quedar en el olvido: “Si vas a ir a amargarle la vida al resto de la gente, mejor te quedas en casa y no molestas a nadie. Obviamente debes comportarte a la altura, aún más si es un reencuentro o, como en mi caso, pasas de los 40 años”.

El humor es el comodín frente a comentarios dudosos o situaciones incómodas. Según Ernesto Medina, las críticas siempre van a existir: “al encontrarse en un espacio para recordar momentos del pasado es muy probable que surjan de nuevo los mismos apodos o las mismas bromas pesadas. Como se realiza años después, es probable ciertos cambios en las personas, desde su aspecto físico hasta su personalidad”. Allí es donde el sentido del humor juega un papel muy importante como una adecuada estrategia para hacer frente a estos comentarios no muy agradables: “En ocasiones las personas recuerdan con gratitud esos chistes y esos momentos. Los que tienen cambios hacia lo positivo probablemente se sentirán mejor, mientras que aquellas que poseen aspectos que no le agradan mucho en la actualidad probablemente se sentirán más afectados”.

“Los piropos, cumplidos y sobrenombres son cosas que con el tiempo se agradecen o se extrañan: Si te hacen una crítica de cómo eras hace años, uno se lo debe tomar con soda”, comenta Beroes: “creo que uno va a un reencuentro sabiendo a quién se encontrará y debe saber comportarse”. De acuerdo con Verónica Oliveros, no se debe asistir con rencores añejados por el tiempo o con la disposición de criticar a los demás. “Sé de alguna que estuvo a punto de no ir porque tenía unos kilos de más y temía a la burla o al rechazo de las otras. Cuando esa misma chica vio que no éramos ningunas modelos de revista, se relajó y se le olvidó toda la angustia”.

Manual para evitar desencuentros

La invitación ¿con o sin? Para Johanna González, egresada de la UCAB, docente y organizadora del encuentro de su promo en Letras, lo más importante es comenzar por la convocatoria: “Una vez que los internautas logran concretar la reunión, es importante concretar si ésta incluye la invitación a las parejas, hijos o mascotas. Lo recomendable es que asistieran sólo los egresados, por lo menos al primero”.

Los que se fueron. También es importante tomar en cuenta a quienes no se encuentran en el país: “Hacer contacto con los amigos que están fuera ya no es un imposible; la tecnología está muy a nuestro favor en este sentido”, dice González.

Encuentro o magno evento. También resulta necesario diferenciar claramente si es una reunión en casa o una rumba: “Si la reunión es en casa, lo ideal es que se cuente con espacio y que el anfitrión o anfitriona sea preferiblemente soltero. Si por el contrario, se pretende una rumba, “lo mejor es llamar a una productora para que se encargue del magno evento”.

Antídotos contra el silencio.
Es importante tener previstas algunas actividades grupales para no dejar ratos ociosos, pues a veces este tipo de reunión resulta letal”, dice González.
Para la mayoría resulta estimulante contar con detalles como fotos, recuerdos, música alusiva a la época en la que estudiaron y la promesa de un próximo encuentro.

¿Qué ponerse?
La vestimenta depende del local y la hora. Sin embargo, el reencuentro es la excusa perfecta para permitirse un cambio de look y disfrutar de las opiniones y piropos de los asistentes. Para González el consejo es claro: “Recomiendo que, a pesar de que se supone que estamos ‘entre panas’, ese día vayas bien bonit@ y no se te ocurra pasarte de tragos y poner la cómica”.

El reencuentro es el negocio

A diferencia de los eventos organizados para promociones en instituciones educativas, la mayoría de los reencuentros reclaman espacios más íntimos o más pequeños. Desde un restaurante hasta un local nocturno, las alternativas son tan diversas como el grupo que lo solicita. En Venezuela existen empresas dedicadas a apoyar estas iniciativas, ofreciendo servicios que van desde la elaboración de las invitaciones hasta el desarrollo total del evento:

tusinvitaciones.com.v
e desde la impresión de la tarjeta hasta la realización de chocolates personalizados para recuerdos. Contactos: avieira@multiprint.com.ve (0212) - 234.45.12/ (0212) - 237.75.29
CAM producciones Ambientación, música, catering, talento, efectos especiales y fotografía. Contacto: www.camproducciones.com, produccionescam@gmail.com.
Eventplus Asesoría, diseño, ejecución de todo tipo de eventos. Contacto: www.eventplus.com.ve (0212) 2640579. Telefax (0212) 2660659
Sinflash Party Lounge Eventos con plataforma de asistencia entre 100 y 130 personas. Cobertura, diseño y ejecución del evento. Contacto: www.sinflash.com, dromero@sinflash.biz
Yopo Franelas, impresos y material POP. Contacto: simonmujica@gmail.com

*Publicado en la revista Todo en domingo, No. 452/15 de junio de 2008.

4 comentarios:

Editemos dijo...

Dakmar, leí esto en la revista y no me di cuenta de que era tuyo. Muy bueno...

Dakmar Hernández dijo...

¡Gracias linda! Qué bueno que te gustó.
=)

Cristian M. Piazza dijo...

El aire de los pasillos del quinto piso debió tener un elemento secreto que al respirarlo detuvo el paso del tiempo. ¡Están preciosas todas! a Marilú no le envejecen ni las cejas...

Besos

Dakmar Hernández dijo...

¡Gracias, belleza! la pasamos súper bien y nos reímos muchísimo. ¿Marilú? Pues que pasada, imagínate que le rogamos que no alzara los brazos en ninguna de las fotos, que los tiene como Madonna y eso era más de lo que podíamos soportar...
¡¡A ver si estás para el próximo!!
UN besote, se le quiere siempre,