2008/11/08

Sobre la Filven y otras hierbas


Después de picar rico en Rey David (tarde para desayunar y muy temprano para almorzar) emprendimos el traslado hasta Bellas Artes e iniciamos la caminata al corredor donde se montó este año la FILVEN: el parque Los Caobos. En mi humilde y libre opinión, una deslucida, descuidada y amainada feria del libro.

Entre los hallazgos (no es fácil encontrar novedades fronteras adentro, como es por tod@s sabido) y haciendo honor a mis fetiches recién incorporados, los diccionarios, encontré una edición de un diccionario lunfardo de los libros miniatura de Bonsai editores (y uno de Frida y el Principito, Tango y miles más); una libretica espectacular de Héctor Lavoe (en Caracas sello editorial), más libros hermosos de sm y Ponte poronte en ekaré, y después de curiosear en el pabellón dedicado a Ecuador, local de exhibición que contaba con un punto de venta al menos 20 m fuera del recinto donde se exponian los libros (¿?), encontré un poemario dedicado a Guamán Poma de Ayala escrito por el joven ecuatoriano Paúl Puma.

Saludar a los panas, a ex compañeros, ex jefas y a cómplices en proyectos en tránsito. La feria se convirtió, en mi caso, en un lugar de encuentro paralelo al ollantay actual que supone el microcosmos editorial ferias adentro. Siempre defenderé el hecho de que soy una lectora que compra casi en su totalidad los libros que lee y reseña, si bien hay editoriales amabílisimas que me consienten ocasionalmente como lectora y eso se agradece, por supuesto. Pero la feria ya no es un espacio al que voy a buscar libros, cazar actividades, conferencias, a disfrutar de conciertos al aire libre; (miren lo que pasó con Sin Sospechas y Palmeras Kaníbales, por mencionar sólo dos) a encontrar a los panas escritores o editores... la feria en esta edición sobresale por su evidente desorganización y descuido. Qué tristeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni hablar del sesgo político y el río de folletines, afiches, volantes y franelitas rojas rojitas qué cagada quien se iba a imaginar que en esto se iba a convertir la feria del libro

El Che